ELA Extremadura

Caminando por la ELA: emoción, homenaje y solidaridad en la II Marcha Solidaria entre la Base Aérea de Talavera y Balboa

El pasado 16 de noviembre, la Base Aérea de Talavera la Real volvió a convertirse en el epicentro de la solidaridad extremeña con la celebración de la II Marcha Solidaria por la ELA, una jornada que reunió a cerca de mil inscritos en un gesto colectivo de apoyo, empatía y esperanza.

Los participantes en la II Caminata Solidaria por la ELA se concentraron en Balboa, desde donde partieron en autobuses civiles rumbo a la Base de Talavera. A su llegada, fueron trasladados en autobuses militares hasta un hangar donde tenía lugar el acto institucional del evento.

Allí pudieron conocer de cerca los aviones F-5 y MQ-9 Predator B del Ejército del Aire y del Espacio que cumplen su misión en la Base de Talavera Fue un momento emocionante en el que todos tuvieron la oportunidad de fotografiarse, preguntar y disfrutar de una experiencia única que difícilmente olvidarán.

La mañana comenzó con un desayuno de migas extremeñas con café a precios populares que unió a familias, voluntarios, personal militar, autoridades y ciudadanos comprometidos con dar visibilidad a la enfermedad y recaudar fondos para apoyar a los afectados y avanzar en la investigación.

Tras ese momento de convivencia, se sucedió el acto institucional, que se convirtió en el alma del evento. Aquel espacio se transformó en un gran homenaje dedicado a todos los enfermos que hoy se enfrentan a la ELA con valentía, y también a quienes ya no están con nosotros, cuyas historias siguen iluminando el camino de la asociación.

 Este tributo tuvo un significado aún más profundo al recordar de forma especial a los enfermos vinculados con la Base Aérea de Talavera, personas que formaron parte de su día a día y cuya lucha dejó una huella imborrable entre compañeros y amigos.

Hubo instantes de enorme emoción, especialmente cuando se recordó a Marisa Ruiz, esposa del teniente José Manuel Fernández, a quien se le reservó el dorsal 001 con una dedicatoria que conmovió a todos: “Para Marisa, una luchadora incansable, cuya sonrisa seguirá guiando nuestros pasos. Con cariño desde la organización de la Caminata Solidaria por la ELA.” También se rindió homenaje a Manuel Díaz, trabajador civil de la base y esposo de Monse, cuya memoria estuvo muy presente entre quienes compartieron vida y servicio con él.

El Ilmo. Coronel de la Base Aérea y Ala 23, D. Daniel Fernández, abrió el acto con unas palabras cálidas afirmando…“que este recorrido simboliza el camino que debemos recorrer todos juntos, las instituciones, las familias, las asociaciones; todos comprometidos para dar fuerzas a los enfermos y a sus familias en esta devastadora enfermedad… Tuvo también palabras de reconocimiento hacia Rubén Checa, destacando su esfuerzo incansable y su capacidad para superar todos los obstáculos hasta que el evento tomó forma y se hizo realidad.

Lola Dorado, presidenta de ELA Extremadura, agradeció profundamente la presencia de los participantes, voluntarios, a la Base Aérea, al Ayuntamiento de Balboa y a todas las entidades colaboradoras, recordando que cuando la sociedad conoce la ELA, responde siempre con solidaridad.

La jornada estuvo marcada igualmente por la presencia y el ejemplo inspirador de Jesús Salom Martín, sargento primero del Ejército del Aire y del Espacio, enfermo de ELA. Su esfuerzo por acompañar el acto junto a familiares y amigos emocionó a todos. Su fortaleza y su determinación recordaron que la lucha continúa incluso cuando el cuerpo pone límites, y que cada paso dado en esta marcha tenía sentido gracias a personas como él.

Desde ELA Extremadura se agradeció sinceramente también la presencia de los representantes políticos, sabiendo que su asistencia permite mayor visibilidad mediática.

Con el corazón lleno y el espíritu fortalecido, los participantes iniciaron la marcha hacia Balboa. A la llegada, los caminantes fueron recibidos por miembros de la 501st Legion y otros aficionados caracterizados como personajes de Star Wars, que aportaron un toque festivo muy aplaudido por niños y adultos.

La jornada concluyó con una paella solidaria, un momento de convivencia que puso el broche final a un día inolvidable.

Lo vivido el 16 de noviembre fue más que una marcha: fue un homenaje, una llamada a la esperanza, un abrazo compartido entre familiares, amigos, civiles y militares, y una promesa colectiva de seguir caminando hasta que la ELA tenga respuesta.

Tambien queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento al cabo primero Pedro Zafra por su excepcional atención, su impecable coordinación y por facilitarnos en todo momento el acceso y la organización dentro de las instalaciones militares.

Julio Ángel Corchado Perera. Ela Extremadura Asociación

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